El Cine : Un héroe invisible


 Las salas de cine desaparecieron de las comunidades populares. Los locales donde funcionaba tiene otros dueños, ahora, unos son depósitos, otros iglesias, otros promotores de la ideología chavista a pesar que pasan cada cierto tiempo una película a precio solidario. La magia formativa, emotiva y creativa del cinema en las comunidades ya no se ve. Soñar  ya lo hacen pocos, crear es sustituido por un pedido a Amazon.



 Redacción @caricuao_hoy


A lo mejor les parece un escrito de poetas desfasados, de rebeldes con un golpe de recuerdos. Pero hay que reconocer que todos los que tuvimos la bendición de ver películas desde una pantallota en el lugar en donde vivimos, éstas nos hicieron indestructibles, seres imposibles de ser burlados, chicos  anti-bulling. Actores, actrices. Dramáticos por excelencia. Vivos. Sumado a nuestra educación nos hicimos, nos formamos con una madera fina pero de verdad que muy fina. No somos de latón sino de platino,  frase propia de unos que han visto mucho cine en su vida.

Ver pelis, como le dice los chicos españoles a las películas te va a animar  a que te preguntes por todo, te anima a crear, a investigar. El cine cercano a tu hogar  ya no existe en la parroquia Caricuao. El que disfrutabas un domingo en familia ya no está. Ahora funciona una iglesia que le quita mucha plata a sus asistentes para ver  si su dios los ayuda.

Ver una película te impone un reto. Una reflexión. Más que responder la típica pregunta sí te gustó o no. Te obligas a soñar, a preguntarte qué es lo que quieres hacer por tu vida y para la gente que te rodea. Te pone a discernir sobre lo que viste. Te abre nuevas respuestas y situaciones. Te hace reflexivo. 

No cabe duda, el cine  influyó en la generación que hoy son padres, unos más adelantados, ya son abuelos. En el cine no sólo le tomabas la mano a la chica que te gustaba o recibías las cotufas compradas del chico nervioso que le pedía a todos los santos que no lo vieran los amigos del liceo, ya que el "chalequeo" lo tenía que aguantar por todo el año.

#UnCineParaCaricuao es el mejor regalo de sociabilización que le podemos dar a nuestros niños y jóvenes que viven solos, aislados, en sus cuartos, sumergidos en sus computadoras y celulares, absortos en un mundo irreal e incomprensible. Mudos, sordos, casi ciegos debido a la exagerada exposición a estas nuevas tecnologías. Aquí no se forjan, no se forman, solo repiten cual loros. Aceptan retos suicidas. Copian modas. Se dejan burlar, acosar. También acosan. Aquí creen solo en sus Redes Sociales, creen  que ser Infuencer en los más importante que pueden hacer con su vida. Tanto que miles creen que su buscador es el verdadero dios que necesitan porque es el que le da las respuestas rápidas a todas sus preguntas e inquietudes. Así estamos.

Aunque no lo creamos sociabilizar es vital para subsistir en donde vivimos, no estamos solos, Somos Uno pero a la vez Somos Todos, esto lo podemos sentir cuando ocurre una tragedia en tu comunidad o en una muy lejana del país. Nos duelen nuestros iguales. Nos duele el perrito herido, lejos de su hogar. Gracias a la convivencia ciudadana, al respeto de las leyes, a la solidaridad, las sociedades superan más rápido los conflictos,  tragedias y traumas. 

El cine en su inofensiva refracción de imágenes te pone a pensar sobre un tema, a plantearte muchas interrogantes, te aparta de los lugares grises. Te define para crear porque como ser en la tierra vinimos a crear, hacer y ser  no solo para dejar una huella sino porque es una condición inevitable que nos exigimos. Que necesitamos.

 Actualmente las películas se pueden ver en las plataformas de Streaming como Netflix,  PrimeVideo y DisneyPlus. Las salas de los cinemas cada día están más desiertas. Una que otra pareja de ancianos, varios adultos contemporáneos, asombrados del precio de las chucherías son sus visitantes, así como unos jóvenes padres primerizos en una película infantil con sus hijos menores de 7 años.

 Pero ver una película usando las plataformas antes nombradas es una soledad única, creemos que nadie llora, que nadie se seca las lágrimas a escondidas menos cuando lo hacen en grupo. La esencia de la sala de cine se pierde. Se pierde y no nos damos cuenta.

Ver en Stremming tu película favorita no es lo ideal por más que quieras tu rato de tranquilidad. Una buena película se ve en pareja, acompañado de la familia o con amigos. Nada como ver una película en la Gran Pantalla. Que te manden a callar porque estás comentando la película. Ese shshhh. Esos tomas y dames de insultos educados otros no tantos. Disfrutar de la chuchería que guardaste en el bolso porque actualmente éstas cuestan más caras que las entradas.  

Ya  hay que entender que los cines fallecen lentamente por más que le pongan sillas que expelen agua y se mueven mientras en la pantalla observas que los protagonistas van en una carretera vieja llena de  piedras y  de lobos hambrientos. Al cine, las nuevas tecnologías le están diciendo en donde está la copa con el veneno, esa es la verdad, aunque nos duela.

Sabemos y entendemos que no es un negocio ya. Pero es que debe haber un empresario que proteja a la nostalgia, a los bellos recuerdos. A los cinéfilos. Que hay que entender que el gusto de la gente cambió. También lo sabemos y lo aceptamos. Que cada vez y no sabemos el  por qué queremos  estar solos sin contar que esta rara condición  se acentúo más con los años de pandemia. Que las Redes Sociales son la distracción premium de los niños y jóvenes de esta era, por lo que sí uno de ellos llegara a leer esto fácil nos van a insultar. Nos imaginamos que nos van a decir Null de Nulos. En fin,  así va esta película queridos lectores!


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